Parar la violencia en el futbol base
"Este partido hay que ir a muerte si hay que entrar y hacer daño se hace"
Un grito que se escucha a menudo en todos los vestuarios del país, a menudo en individuos con conocimientos o credenciales de fútbol cuestionables. Quizás en este caso puede ser una excusa de tales gritos, tal vez estas personas son simplemente ignorantes en términos de lo que es aceptable en el fútbol de los niños.
Lo que no tiene ninguna excusa es que entrenadores titulados con formación igualmente fomenten este tipo de artes a jugadores de corta edad.
En muchos equipos de futbol base la metodología es pasar por encima del rival cueste como cueste, se enseña a levantar los tacos más que el rival, a soltar los brazos en los saques de banda, agarrar y tirar al suelo, se enseña a crear un ambiente hostil en los partidos y protestar en conjunto para intimidar a equipos y colegiado.
Lo he visto ya mil veces y en todas las categorías, equipos donde los partidos se paran constantemente ante las constantes agresiones de jugadores (Estos por órdenes previas de su entrenador) ante equipos que lo único que quieren es jugar a la pelota y divertirse.
Sobre todo en categorías inferiores donde se tiene un criterio más flexible a la hora de sacar las tarjetas (Prebenjamines, benjamines...) muchos entrenadores se aprovechan de esta situación dando órdenes nocivas y violentas en niños.
Es cierto que en las instituciones se están tomando cada vez más medidas para fomentar el Fair play en este deporte, pero también es cierto que los árbitros cada fin de semana tienen que lidiar con situaciones que rozan lo grotesco (Agresiones entre jugadores, emboscadas en los vestuarios, insultos de todo tipo, etc.), es una pena que con estas situaciones se pierdan muchos jugadores, entrenadores y buenos equipos porque al final a la larga lo que importa es el trato que le das al balón y sus combinaciones, aunque no siempre es culpa de los técnicos muchos tutores por afán y sed de victoria impulsan a sus hijos a las espaldas (o de frente) del entrenador para que utilice todas las técnicas posibles para superar a un rival aunque estas sean las de utilizar el juego sucio.
También la conducta de algunos padres pueden contagiar al resto en muchos casos y crear un ambiente que debería ser de fiesta y de placer en un ambiente de guerra que excita a los jugadores para comportarse en lo que no son, se transforman. Y luego llegan los arrepentimientos y las vergüenzas.
AQUÍ UN VIDEO DE ALGUNAS TÁNGANAS EN FUTBOL BASE ENTRE PADRES, JUGADORES O ENTRENADORES
Es realmente increíble que en los tiempos que vivimos donde la comunicación está en la palma de la mano para ver estos casos violentos y sus consecuencias, la gente siga cometiendo el mismo error semana tras semana.
Nosotros como entrenadores tenemos una parte de responsabilidad de estos casos y que tenemos que tomar medidas antes de que estas aparezcan:
- Asesoramiento o tutoría con todos los participantes de nuestro equipo, ya sea jugadores o padres, sobre el buen comportamiento en un partido de futbol base.
- No reaccionar a la provocación, que el árbitro haga su trabajo.
- Enfrentar el partido con seguridad, velocidad y sin perder el control, nunca estar intimidado por la situación.
- Ganar con un plan de juego con un ideal puramente futbolístico y nunca pasarse al lado oscuro por otros.
También quiero dejar constancia de que todos los fines de semana hay muchos entrenadores, jugadores y tutores que dan ejemplo con su buena educación ganando o perdiendo, valores que no creo que se estén perdiendo, pero que hay que reforzarlos entre todos desde el principio con ayuda de las instituciones, club, técnicos, jugadores, aficionados y medios de comunicación tienen que fomentar que el deporte es una actividad para ser mejores personas y sobre todo es un bien para los niños.